Los inicios de A Class in Wonders se remontan a la relación entre dos personas, Helen Schucman y William Thetford, ambos distinguidos psicólogos e investigadores. El inicio del curso se produjo a principios de la década de 1960, cuando Schucman, que era psicólogo clínico y de investigación en la Facultad de Médicos y Cirujanos de la Universidad de Columbia, comenzó a ver algunos dictados internos. Ella describió estos dictados como provenientes de una voz interna que se determinó como Jesucristo. Schucman inicialmente se resistió a estas actividades, pero con el apoyo de Thetford, comenzó a transcribir los mensajes que recibió.

Durante siete años, Schucman transcribió lo que se convertiría en Una clase de milagros, que constaba de tres volúmenes: el Texto, el Libro para alumnos y la Información para profesores. El Texto un curso de milagros expone los fundamentos teóricos de la clase, detallando los métodos y principios básicos. El Libro para Estudiantes incluye 365 clases, una para cada día del año, diseñadas para guiar al lector a través de un entrenamiento diario en la aplicación de las enseñanzas del curso. El Manual para Educadores ofrece más consejos sobre la mejor manera de comprender y enseñar los conceptos de Una Clase de Milagros a otros.

Un Curso de Milagros también presenta la idea de los milagros, que se reconocen como cambios en la comprensión que provienen de una anfitrióna de amor y perdón. Los milagros, en esta situación, no son eventos sobrenaturales sino actividades donde las personas ven la realidad en alguien más allá de su confianza y limitaciones. Estas experiencias pueden ser tanto particulares como culturales, a medida que las personas llegan a comprender su naturaleza divina y la naturaleza divina de los demás. Las maravillas se consideran el resultado natural de practicar las enseñanzas del curso.

La clase profundiza más en el carácter del yo, proponiendo que el verdadero hogar no es la vanidad sino la esencia celestial interna que está más allá de las ilusiones del ego. Sugiere que el orgullo es sólo un hogar falso que la gente ha construido basándose en la preocupación y el divorcio, mientras que el hogar real está perpetuamente apegado a lo celestial y a toda la creación. Ergo, Un Curso de Maravillas enseña que nuestro objetivo final es tener presente y reconocer nuestro hogar correcto, permitiendo el movimiento de las ilusiones y miedos del ego.